Es la disciplina de la odontología que se ocupa de la colocación quirúrgica de materiales biocompatibles , en el hueso maxilar o mandibular, con el objetivo de sustituir dientes perdidos.
La colocación de implantes, es un proceso que requiere un estudio minucioso del paciente, su historia clínica, modelos de estudio, radiografías y T.A.C. para evaluar la calidad y cantidad del hueso y elegir el tipo de implante, el número y la posición más adecuada de una forma muy personalizada.
Hoy por hoy la técnica de cirugía en implantes es muy poco invasiva y traumática, salvo excepciones dependiendo de la necesidad de aumentar la cantidad de hueso o encía, para lo que tendríamos que recurrir a injertos.
Es importante reemplazar piezas perdidas de inmediato, para que no se produzca la perdida de hueso maxilar. Cuanto más tiempo pasa sin que se reemplace una pieza dental, más cantidad de hueso se pierde.
Cuando no ha sido posible con otro tratamiento mantener las piezas dentales, una manera de reponerlas de forma independiente sin tener que utilizar las adyacentes como anclaje, es colocando IMPLANTES DENTALES.
O para la sujeción de prótesis completas inestables, bien de forma removible o de forma fija.
Los implantes, al igual que cualquier otro artificio, con el tiempo pueden sufrir un desgaste mecánico y al tener un componente biológico, el hueso y encía que lo sustentan, están sujetos a patologías como el resto del organismo. El peor enemigo del implante es la infección, que al igual que en el diente produce una periodontitis , en el implante produce una periimplantitis pudiendo llegar a la pérdida del mismo.
Por eso es importante una buena higiene bucodental y evitar el tabaco. Lo ideal es visitar al dentista cada seis meses para revisar que los aditamentos de los implantes están en buen estado.